"¿Cómo lo quiere: con leche, espresso, cortado, moka, capuccino, guayoyo?"
Dicen que en la
variedad está el gusto y así ocurre al intentar armonizar café y postres. En
principio, tomar una taza de café con algo dulce se disfruta con todos los
sentidos, pues la combinación no deja a nadie indiferente. Lo ideal es
equilibrar lo dulce con lo amargo.
Xótchil, autora del blog de
lacafeografa.com, considera que en un buen maridaje los sabores no deben
competir sino complementarse. Lo que procede –recomienda– es consultar al
barista y probar para ampliar el paladar.
El experto Rubén Darío Rojas, embajador de
Carbone Espresso y de la Accademia del Cafè, en Caracas, refiere que postres y
cafés pueden armonizar por afinidad o por contraste. Por supuesto, el comensal
siempre será libre de experimentar, pero el conocimiento del especialista tiene
un valor añadido que no se debe desaprovechar.
Antes de entrar en materia recuerde que el
agua con la que se prepara el café no debe hervir, solo llegar casi al punto de
ebullición para evitar que se quemen los aceites esenciales. Por supuesto,
usted escogió un producto de calidad cuyo proceso de siembra, cosecha, secado,
tostado y molido son los más adecuados.
Comenzamos con el café espresso, el más fuerte, que con sus
notas aromáticas de ahumados y frutos secos, armoniza de maravilla con los postres
elaborados con chocolate. Es un clásico. También con tartas de frutas cítricas,
limón, moras, parchita.
Una torta afrutada como la de zanahoria
combina muy bien con un café con leche, de notas delicadas. En general, maridar
frutas y café es un poco complicado porque, salvo las cítricas, se trata de
sabores contrastantes. Así, una torta de naranja o un ponqué de limón van muy
bien con café negro o con leche, todo depende del gusto individual. En cambio,
el durazno no armoniza, “es hasta incómodo en la boca”, insiste Rojas. Cuenta
que han hecho pruebas de coctelería y resultan en una misión imposible. Pero su
memoria gustativa se agita de placer cuando recuerda la mezcla del carajillo
tradicional con rhum orange: “Queda
fabuloso”.
El café moka (con chocolate) se degusta
mejor en solitario.
Las frutas confitadas y las nueces ofrecen
una agradable combinación con café. Un especial que enamora es una tarta alpina
de nueces con un espresso o un colado.
Cada maridaje de café tiene sus fanáticos.
Por ejemplo, hay quienes afirman que el café con leche armoniza con postres que
lleven frutas de suave sabor o vainilla y que con tiramisú es ideal porque
potencia su sabor. Otros prefieren el cortado, café con un toque de leche que
le quita amargura, que va bien con un brownie, torta Sacher o galletas con
chispas.
El café claro –llamado americano o
guayoyo– agradece un postre con coco y nueces o unas donas.
De todos modos, nunca olvide que la
libertad de elegir siempre es una opción.
Para quedar como una reina (o rey)
Si quiere recibir elogios de sus invitados
con un dulce que los sorprenderá, Rubén Darío Rojas sugiere un affogato (ahogado, en italiano), postre
de pocos ingredientes, a base de helado, café y licor. Aquí se presenta una
armonía por contraste entre texturas y temperaturas, lo cremoso del helado y lo
líquido del café.
Rojas lo prefiere con helado de dulce de
leche, aunque el clásico es el de vainilla (no debe usar frutales muy ácidos,
ni los de agua tipo sorbete).
La receta es sencilla. Haga un café espress doble. Coloque la bola de helado
en una taza cuando el café esté listo. Cubra con el café caliente y el licor y,
si lo desea, espolvoree con canela o frutos secos picados. Lo ideal es servir
cada ingrediente por separado para que los comensales los mezclen a su gusto, y
a disfrutar.
Por Cecilia Torres
luisatorres@gmail.com
Publicado originalmente en www.dulcear.com
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